viernes, 19 de septiembre de 2014

El movimiento de amor interrumpido del niño hacia los padres, un trauma infantil frecuente

EL MOVIMIENTO DE AMOR INTERRUMPIDO

Se trata de un trauma ocurrido en la infancia temprana.

Por razones diversas, el amor que el niño profesa a sus padres, se ve interrumpido.
Constelación Familiar en
Cubelles, Barcelona, 2014

¿Por qué razones el amor no puede llegar a su destino?
Puede ser la muerte, una estadía en hospital, un viaje por parte de alguno de los progenitores que obliga al niño a interrumpir el movimiento amoroso.

¿Qué consecuencias tiene esta interrupción en el niño?
Tristeza, enfado o desesperación son las emociones que causa esta interrupción.

¿Qué consecuencias tiene esta interrupción en el adulto?
Cuando estos niños son adultos y quieren dirigir el amor hacia otra persona, se vuelve a despertar en su cuerpo el recuerdo de esa interrupción y se aborta la tendencia hacia la otra persona.

¿Cómo se manifiesta el amor adulto cuando se ha sufrido el amor interrumpido de niño?
Las personas que han vivido el movimiento de amor interrumpido temprano, no pueden llevar adelante el amor de adulto y se mueven, a menudo, en círculos.
Aman y cuando llegan al punto en que vuelven a sentir los sentimientos de entonces, se detienen.
Comienzan una nueva relación y el circuito empieza de nuevo.
Aman y cuando llegan hasta el punto citado, regresan al punto en que vuelven a sentir los sentimientos de entonces, hasta el mismo punto en que se interrumpió una tendencia.

Ejemplos de este caso sería el de un paciente que llevaba tres relaciones de pareja con mujeres a las que él se enamoraba pero cuando llegaba el momento de tomar decisiones respecto al futuro de la pareja, se asustaba y decidía poner punto y final.

Otro caso sería el de una paciente que siempre se enamoraba de hombres a los que ella tuviera admiración, ya sea por su capacidad económica o su superioridad intelectual. Una vez que estas capacidades se marcaban demasiado en la relación, ella empezaba a sentirse desvalorizada, imposibilitada de ponerse en a un mismo nivel y a ofrecer otras cualidades que equipararan lo que el otro aportaba en la pareja.
Así una y otra vez, con las distintas relaciones, terminando frustrada y con un gran odio hacia los hombres.

¿Cómo se lleva a destino el amor interrumpido en un niño pequeño?
Un ejercicio sería que la madre abrace a su hijo con amor y lo retenga hasta que vuelva a fluir abiertamente y el niño se relaje.

¿Cómo se lleva a destino el amor interrumpido en un adulto?
En un adulto el paso sería retrotraerse hacia el tiempo de la interrupción y llevar mentalmente al hijo hacia ese momento. En ese lugar, sujetarlo sintiéndose la madre de entonces con el niño de entonces.
Volver a tener la imagen de ese niño que intenta tener a su madre y abrazarlo como le hubiera gustado podido hacer.
Permitir que esa imagen actúe en el alma hasta que la consumación se disponga por sí misma.

¿Qué ocurre cuando la madre o el padre no pueden realizar esta visualización?

El terapeuta o los educadores pueden actuar como representantes de los padres y auxiliar en este caso aliándose internamente con ellos.
Es como si actuaran como por encargo.

¿De qué manera se alía un terapeuta a los padres?
La imagen sería amar a ese hijo y dirigir el amor del niño nuevamente hacia los padres. Una vez que llega a los padres, el terapeuta debe retirarse para mantenerse internamente libre.

¿Qué ocurre cuando el adulto no puede realizar este movimiento?
Muchas veces el hijo adulto se opone a este movimiento porque desprecia a sus padres o les reprocha que no le hayan dado determinadas cosas o se creen superiores a sus padres o quieren superarlos.
En estos casos, la inclinación debe ser profunda.

¿Cómo se da una inclinación profunda?
Primero como una ejecución interna. Luego de manera visible y audible.
Así cobra profundidad y fuerza.
El ritual sería: Poner a un representante de ese niño y pedirle que se arrodille ante los padres.
El niño debe inclinarse hasta el suelo, tender los brazos con las palmas hacia arriba y mantenerse en esa postura hasta que le dice a ambos padres las frases sanadoras: "Por favor", "Os honro", "Os he echado mucho de menos".
Sólo entonces el hijo puede abrazar a sus padres internamente y decir: "Querida mamá", "Querido papá".
El movimiento es sólo del hijo. Los padres deben escuchar pero no hacer nada, ni siquiera acercarse, sino sólo aceptar el respeto que el hijo les está profesando.
Luego en el abrazo, podrán acercarse.


Bibliografía:
Felicidad que permanece. Bert Hellinger. rigden institut gestalt
Manual práctico de Constelaciones Familiares, de Alejandra Mitnik, Ed. Obelisco